Omnipresentes las matemáticas
Citan irónica falta de aprecio social a esa disciplina en una economía del conocimiento

Por ALFREDO BERMÚDEZ DE CASTRO / El País / España
A mediados de los ochenta la Junta de Galicia propuso simular la dispersión de los vertidos de aguas residuales en las rías o ensenadas gallegas. El objetivo era determinar el emplazamiento óptimo de emisarios submarinos, con vistas a proteger las zonas de playa y cultivos marinos. El resultado han sido desarrollos matemáticos con un gran impacto. Los programas de computadoras elaborados no sólo se utilizaron para las rías sino en sistemas fluviales y estuarios de otros lugares del mundo, como el río Bío-Bío en Chile.
En la segunda mitad de los noventa, el grupo español Ferroatlántica, primer fabricante mundial de silicio metalúrgico, encargó la simulación numérica de un electrodo para los hornos de arco eléctrico, el denominado ELSA. Este electrodo es hoy líder mundial y ha sido vendido por Ferroatlántica a la mayoría de las fábricas del mundo; con él se reducen los costos de producción del silicio en más de un diez por ciento. El programa de simulación desarrollado ha permitido comprender mejor el funcionamiento del ELSA y mejorar su diseño y operación.
Un tercer ejemplo de desarrollos matemáticos aplicados a problemas industriales se vincula al carbón. Al presente, la Fundación Ciudad de la Energía financian un proyecto para simular oxicombustión del carbón en una central térmica, una nueva tecnología que permitirá capturar el dióxido de carbono para su almacenamiento subterráneo.
La invisibilidad de las matemáticas es, probablemente, la causa fundamental de su falta de aprecio social. La mayoría de los ciudadanos consideran que se trata de una disciplina demasiado abstracta, lejos de su realidad más cercana y, además, difícil de aprobar. Sin embargo, los ejemplos mencionados indican que no es así.
Las matemáticas son hoy omnipresentes, están en multitud de elementos cotidianos importantes para la calidad de nuestras vidas. La predicción del tiempo, la cirugía correctora de la miopía o la gestión del espacio aéreo, por citar solo tres ejemplos de índole bien distinta, no serían posibles sin sofisticados desarrollos matemáticos.
Si las matemáticas han permitido a las ciencias de la naturaleza formalizar sus descubrimientos y teorías, la introducción de las computadoras a mediados del siglo pasado ha abierto un enorme y prácticamente ilimitado abanico de posibilidades: la resolución de modelos matemáticos mediante algoritmos adecuados y potentes ordenadores se considera hoy día el tercer pilar del método científico, al lado de la teoría y la experimentación.
Los modelos matemáticos se utilizan en la industria para analizar los procesos y diseñar los productos, mejorándolos para hacerlos más funcionales y bajar sus costos de producción. Además, al facilitar la experimentación virtual, permiten reducir el tiempo entre la concepción y la comercialización, un aspecto fundamental para las empresas en la economía competitiva y global en la que estamos inmersos.
La industria y las autoridades comunitarias deberían ser conscientes del enorme potencial de las matemáticas en Europa: la investigación europea en matemáticas ocupa el primer lugar en el mundo, aunque fragmentada entre los diferentes países y sin una adecuada coordinación, debido en parte a la falta de apoyo institucional.
Madrid fue sede de una conferencia sobre matemáticas e industria financiada por la Fundación Europea de la Ciencia bajo el paraguas de la Sociedad Matemática Europea. Tras analizar la situación en Europa, los participantes recomendamos medidas para desarrollar el potencial de las matemáticas como motor de la innovación.
En la comunidad científica existe la convicción de que las matemáticas no están adecuadamente tratadas por la Comisión Europea, a pesar de su importancia en una economía basada en el conocimiento. Una de las propuestas aprobadas en Madrid fue instar a Bruselas para que las matemáticas aparezcan en el próximo VIII Programa Marco de Investigación y Desarrollo.
En España, las matemáticas han tenido en los pasados 25 años un gran crecimiento, al menos desde un punto de vista cuantitativo. Pero, la transferencia al sector productivo y sus aplicaciones no guardan relación con el alza, por eso urge incentivarlas. Crear un Centro Nacional de Matemáticas puede suponer impulso para la consolidación definitiva de la investigación matemática y para el desarrollo de sus aplicaciones en la industria. Esperemos que la crisis económica y las diferencias políticas no malogren el proyecto.
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